Después de haber leído las lecturas sugeridas, se agregan al primer texto las siguientes reflexiones:
1. Se emplea reiteradamente el concepto alumno-dicente. Esta etiqueta es muy encomiable, pues la propuesta implica que el alumno pase de ser un receptor a un individuo que proponga sus análisis, sus reflexiones y conclusiones sobre el verdadero estudio de los hechos históricos. Por otra parte, esta etiqueta también supone que el maestro deja de ser único que posee el saber, para pasar a jugar un nuevo rol en el aula, es decir, ahora pasa a ser un facilitador de aprendizajes, el que genere las mejores condiciones de un ambiente propicio para la exposición de las construcciones elaboradas por los alumnos.
Ahora, el maestro no es el que dice cómo ocurrieron los hechos históricos y como nos afectan positiva o negativamente en nuestro presente, si no que dirige y encausa los aprendizajes, y al final recopila las conclusiones bajo la dirección de los aprendizajes esperados.
2. Se propone, de manera muy concreta, el estudio de la historia mediante la práctica de situación problema. Esta idea cambia en mucho las formas de organización didáctica del docente. Pues esta estrategia se establecen claramente los antecedentes del hecho de estudio, los conceptos, la misión y las representaciones establecidos en los aprendizajes esperados, conforme al nuevo plan y programas de estudio 2009.
3. Se da una gran importancia a la representación escénica de los hechos, como lo proponen las sugerencias didácticas contenidas en Enciclomedia. Esta modalidad reviste gran importancia en los aprendizajes significativos; pues por un lado el alumno vive la experiencia “en carne propia”, mientras que el resto de la clase presencia “en vivo” el hecho histórico.
4. Si los docentes le entramos a estas prácticas sugeridas, avanzaremos un gran trecho en el enfoque que persigue el estudio de la asignatura de la historia. SEA PUES.
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